Desde FertiMed consideramos que la llamada infertilidad, no es un estado sino una circunstancia perfectamente solucionable en la inmensa mayoría de los casos. Así pues debemos desdeñar el término infertilidad pues NO SOMOS INFÉRTILES, sino que padecemos disfunciones reproductivas susceptibles de ser tratadas.

Afortunadamente la ciencia se ha preocupado por identificar estas disfunciones que nos separan de la concepción y ha investigado la forma de solucionarlo hasta el punto de crear tanto una subespecialidad médica (Medicina de la Reproducción) dentro del ámbito de la Ginecología y la Obstetricia como una especialidad dentro del ámbito de la Biología, la Embriología y Andrología. Y son Ginecólogos y Biólogos los que diariamente unimos nuestras fuerzas, motivación y conocimientos para crear un equipo capaz de dar solución a las disfunciones reproductivas que afectan a nuestra fertilidad.

Durante una serie de artículos, el equipo clínico que formamos FertiMed, vamos a hablaros sobre las principales disfunciones reproductivas que afectan a hombres y mujeres y sobre cómo, desde FertiMed, trabajamos para darles solución y conseguir el deseado embarazo.

En concreto hoy vamos a hablaros sobre Fallo Tubárico o Factor Tubárico, una de las principales causas de infertilidad femenina pues en FertiMed representa  entre un 15 y un 20% de los problemas que nos encontramos.

Para comprender esta disfunción reproductiva debemos primero repasar brevemente el importantísimo papel que juegan las trompas de falopio en la reproducción.

En el proceso de ovulación, los folículos, situados en los ovarios de la mujer, liberan uno o dos óvulos.

Una vez el óvulo ha madurado se desplaza desde el ovario hasta las trompas de falopio, que son unos pequeños canales de unos 15 centímetros de longitud y unos 3mm de diámetro que conectan los ovarios con el útero.

Para que haya fecundación, el óvulo debe unirse con el espermatozoide. Esta unión de las dos células reproductivas dará lugar a una sola célula llamada cigoto que irá creciendo y dividiéndose hasta dar lugar al embrión. Pues bien, la unión del espermatozoide y del óvulo debe darse dentro de las trompas de falopio.

Puede suceder que el espermatozoide esté esperando la llegada del óvulo en la trompa de falopio (recordemos que un espermatozoide puede sobrevivir entre tres y cinco días dentro del aparato reproductor femenino) o que, a la inversa, el óvulo haya llegado a las trompas y esté esperando la llegada del espermatozoide. Obviamente, si no se produce el encuentro no se genera el embrión y no se da el embarazo.

Puede pasar y esta es la razón de lo que denominamos fallo tubárico o factor tubárico femenino, que se produzca una obstrucción o alteración en las trompas de falopio (tubos) que impida el que espermatozoide y óvulo se encuentren y logren la fecundación.  Afortunadamente contamos con un doble sistema, es decir con dos ovarios y dos trompas de falopio, por lo que si se da algún problema en una, contamos con otra que puede funcionar y conseguir embarazo. El problema que resolvemos a través de la reproducción asistida se da cuando ambos sistemas fallan (obstrucción bilateral de las trompas), cuando se produce un fallo tubárico en ambas trompas de falopio. En esencia se da una lesión en ambas trompas que impide el embarazo.

¿Qué factores pueden desencadenar el fallo tubárico?

Infección pélvica o enfermedad inflamatoria pélvica (EPI):

Cuando sufrimos una infección por microorganimos como Chlamydia Trachomantis (Clamidia), Neisseria Gonorrhoae (Gonorrea) u otro tipo de bacterias de transmisión sexual, se produce un proceso inflamatorio (enfermedad inflamatoria pélvica) y generación de líquido (hidrosalpinx) que  distorsiona las trompas afectando sustancialmente a su permeabilidad y actividad hasta el punto de impedir el tránsito y la correcta actividad en su interior, lo que impide la fecundación.

En muchos casos los síntomas de la enfermedad inflamatoria causante del fallo tubárico son tan leves que no percibimos los síntomas de la enfermedad hasta que decidimos tener un bebé y no lo conseguimos.

Diagnóstico:

En nuestro estudio de fertilidad (https://fertimed.es/estudio-ginecologico/ ) realizamos citología vaginal de manera rutinaria. Con esta prueba podemos descubrir la existencia de posibles infecciones que produzcan enfermedad inflamatoria pélvica y que no hayan producido síntomas significativos. Así mismo es importante el contrastar la posible obstrucción tubárica a través de ecografía (ultrasonido vaginal ginecológico) y pruebas que nos confirmen la obstrucción bilateral como la hidrosanpingografía (HSG).

Tratamiento:

En caso de que las pruebas confirmen la existencia de EPI (enfermedad inflamatoria pélvica), se prescribirá un tratamiento basado en antibióticos con el objetivo de eliminar la infección.

Si las consecuencias de la EPI se han cronificado y, a pesar del tratamiento, no es posible conseguir recuperar la permeabilidad y actividad de las trompas, prescribiremos la realización de un tratamiento de Fecundación In Vitro.

La Fecundación In Vitro nos permite extraer el óvulo directamente desde el ovario, fecundarlo en nuestro laboratorio (in vitro) y transferir directamente el embrión al útero materno donde se implantará y seguirá evolucionando hasta el nacimiento del futuro bebé. De esta forma conseguimos el deseado embarazo a pesar de no contar con trompas de falopio activas.

Adherencias quirúrgicas.

Nos encontramos numerosos casos de obstrucción tubárica cuando la paciente ha sufrido intervenciones quirúrgicas pélvicas previamente. Normalmente este tipo de problemas se da cuando se han dado intervenciones quirúrgicas para solucionar problemas como:

  • Apendicitis compleja.
  • Extracción de quistes en ovario.
  • Extracción de miomas en útero.
  • Ligadura de trompas.

En muchos casos, tras la intervención quirúrgica, se pueden producir adherencias, que son bandas de tejido cicatricial que producen disfunciones en las trompas de falopio afectando a su permeabilidad y generando obstrucciones que impiden su funcionamiento normal.

Diagnóstico:

Cuando la paciente refiere haber sufrido este tipo de cirugías, podemos confirmar la existencia de fallo tubárico a través de ecografía o de pruebas de permeabilidad y actividad como la hidrosalpingografía (HSG). La realización de una prueba con Laparoscopia (introducción de endoscopio -tubo flexible con lúz y cámara- que permite visualizar el interior de un órgano) puede, así mismo, permitirnos confirmar la existencia de ahderencias que estén produciendo el fallo tubárico. Sin embargo solemos evitar la realización de esta prueba pues, como hemos visto, contamos con otro tipo de medios más simples y menos costosos e invasivos para analizar la permeabilidad tubárica existente. 

Tratamiento:

En caso de identificad obstrucción bilateral por la existencia de adherencias postquirúrgicas prescribiremos la realización de un tratamiento de Fecundación In Vitro, el cual nos permitirá obtener el embarazo dando solución de esta forma al fallo tubárico existente.

Endometriosis.

La endometriosis es un problema que se da cuando el tejido que recubre el útero llamado endometrio, crece de manera descontrolada fuera del útero.

Cuando este crecimiento se da en las trompas de falopio puede producir obstrucción tubárica y ser causa de infertilidad. También puede producir la secreción de líquidos tóxicos que afectan negativamente a la fertilidad. En capítulos posteriores trataremos con más profundidad las consecuencias de la endometriosis en el proceso reproductivo y cómo podemos darle solución.

Diagnóstico:

Como veremos en otro artículo dedicado por completo a la endometriosis, en sus etapas avanzadas, se dan síntomas bastante claros como dolor y anomalías menstruales. En nuestro caso nos referimos a problemas de endometriosis incipiente (estadíos I y II) en los que la endometriosis es difícil de identificar. En estos casos el diagnóstico consiste en:

  • Exploración.
  • Ecografía.
  • Resonancia Magnética.

Por otra parte es posible realizar mediciones del marcador antigénico Ag Ca-125 (glucoproteína) que se ha descubierto como expresión de la existencia de células endometriales en un 50% de los casos. De todas formas no existe actualmente una prueba con la sensibilidad suficiente como para identificar claramente el problema a través de pruebas de laboratorio.

Tratamiento:

En fases incipientes prescribiremos como tratamiento para resolver la afectación tubárica derivada de la existencia de células endometriales, la realización de una Fecundación In Vitro. 

Malformaciones

Por otra parte nos podemos encontrar problemas de obstrucción bilateral de las trompas por malformaciones congénitas o adquiridas. 

Estos problemas se dan cuando la forma o tamaño de las trompas de falopio afecta a su permeabilidad y correcto funcionamiento. 

Diagnóstico:

En estos casos una exploración por ecografía nos permitirá identificar el problema.

Tratamiento:

En caso de detectar malformaciones se prescribirá la realización de una Fecundación In Vitro para solucionar el problema. Si las malformaciones derivan de la existencia de miomas o pólipos, dependiendo del caso se podrá prescribir su extracción. 

Como podéis comprobar la mayor parte de los problemas que causan el fallo tubárico son resueltos gracias a un tratamiento de Fecundación In Vitro. Esto es debido a que, con este tratamiento, logramos simplicar el proceso reproductivo “bypaseando” la función de las trompas de falopio y su crucial importancia en la fase de fecundación.

En caso de superar los seis meses de búsqueda de embarazo sin éxito, no dudéis en solicitar una primera consulta con nosotros; trabajaremos juntos en la identificación de la causa que está retrasando el embarazo y en darle la mejor solución posible.